En los últimos años del 60, precisamente, se desarrolló en el país un acontecimiento importante desde el punto de vista histórico - político - social.

Una nación familiarizada con trágicos e interminables golpes de estado de diversos cortes, nación sacudida y violentada por constantes cambios de gobernantes oportunistas, aventureros e incapaces. Nación conducida a la miseria y al caos por regímenes corrompidos por intereses foráneos y supranacionales, nación desangrada por sus luchas internas y represiones dictatoriales, nación de una mayoría campesina adormecida en sus despojos, en el olvido y en la prescindencia de la mayoría gobernante. Los diversos sucesos de los últimos años de esta mencionada década marcaron una revolución en la conducta anímica y en el pensamiento de la población.

El siguiente material es una recopilación de diversos sucesos que marco una nueva renovación y conquista ideológica social para la actitud adversa a toda preocupación social.
CAPITULO1:
MASACRE DE SAN JUAN

PREFACIO

Han pasado 50 años de la matanza de San Juan, uno de los hechos más cruentos y dolorosos que ha quedado escrito en la historia del movimiento obrero boliviano. Esta acción punitiva de los militares a los campamentos mineros de Siglo XX, arrojó más de 25 muertos y 50 heridos entre los trabajadores y sus familiares.

Antecedentes
1965
La Población de Llallagua y los trabajadores del distrito minero de Siglo XX, se preparaban a recibir la festividad de San Juan para cuyo efecto, como era costumbre cada año, se disponían a reunir madera y tablones para encender las fogatas y compartir entre amigos y familiares el tradicional ponche (agua caliente con canela, frutas cocidas, te y singani).

El tiempo era agradable y como muy pocas veces el entusiasmo era intenso. Incluso las emisoras La Voz del Minero de Siglo XX y radio PIO XII de los Padres Oblatos canadienses, ampliaron su emisión hasta las 2 de la madruga, transmitiendo música variada para los oyentes.

Las preocupaciones sobre los problemas sociales que afectaban a los obreros por la reducción de sus salarios y la detención de sus dirigentes, acaecido meses atrás, por los organismos de seguridad del gobierno de Barrientos Ortuño, se habían disipado momentáneamente, para celebrar la tradicional festividad de San Juan.

ASAMBLEA EN
INTERIOR MINA
Unos días antes, los trabajadores realizaron en interior mina una asamblea general en la que decidieron exigir la reposición de salarios, la libertad sindical, la reincorporación de trabajadores despedidos y su simpatía por la guerrilla que se había iniciado en el sudeste boliviano a la cabeza de Ernesto Che Guevara.

AMPLIADO NACIONAL MINERO

Para el día 24 de junio se había convocado a un Ampliado Nacional en Siglo XX, a donde acudieron representantes de varias organizaciones laborales, universitarias y políticas, con la ilusión de dar vigencia a la perseguida y disuelta Central Obrera Boliviana.

Varios de estos invitados compartían una fogata en la plaza del minero al calor de unos ponches y ritmos nacionales.
El gobierno de Barrientos sabia que un posible acercamiento entre los Mineros y la Guerrilla podria sera letal para su mandato
LA MASACRE

La incursión de los militares se originó a las 4.40 de la madrugada cuando unas débiles fogatas alumbraban todavía el gélido ambiente neutralizado por los tradicionales ponches calientes. La ocupación de las minas se produjo por el sector Cancañirii, a donde habían arribado cientos de soldados por vía férrea de los regimientos Manchego y Ranger, totalmente camuflados y entrenados para esta acción belicosa. Se habían dado instrucciones precisas para disparar a cualquier cosa que se moviera.

Varios trabajadores, mujeres, ancianos e incluso niños fueron masacrados sin ninguna consideración en medio de las fogatas, en sus domicilios e incluso cerca a los centros hospitalarios.

El tableteo de las ametralladoras, los disparos de fusil y las explosiones de granadas se prolongaron por varias horas. En la ocupación a radio "LA Voz del Minero" el dirigente sindical Rosendo García Maisman, fue fusilado a sangre fría. En cambio el director de ese medio de comunicación, Julio Rentería, se salvó al dar a conocer que era periodista.

El factor sorpresa fue parte de la estrategia para la ocupación militar de las minas.

San Juan fue simple y llanamente una masacre con el objeto de neutralizar a los combativos mineros que exigían sus derechos y levantar un muro para que estos den su apoyo a la guerrilla.

La arremetida militar contra los campamentos mineros emprendida por el gobierno de Barrientos, contó con el apoyo estadounidense y de las dictaduras vecinas, principalmente Brasil, Argentina y Paraguay.

Después de la cruenta masacre, varias ambulancias del Hospital de Catavi, procedieron a recoger los cuerpos mutilados, personas heridas y ensangrentadas. Lo mismo hicieron los familiares llevando a sus seres queridos a sus hogares para velarlos y después proceder a su entierro.


RESPONSABLES DE LA OPERACIÓN

- General Amado Prudencio

- Coronel Alfonso Villalpando

- Mayor Pérez

- Capitán Zacarías Plaza a quien se describe como el hombre más odiado en las minas, quien años después fue cruelmente asesinado por miembros del ELN.´

El Diario - 25 de Junio
Créditos
Producción: CEPROSI , AK24.design
Textos: Gastón Lobatón, Oscar Rivera Rodas
Video: Juan Manuel Lobatón - Andreé-Anne Cote
Sonido: AA Coté
Música: Chaly Alvarez, adaptación de Nilo Soruco
Fotos: Juan Manuel Lobatón, Archivo de la COMIBOL

Agradecimientos: CEPROSI, José Pimentel, Ana Maria Vargas, Marina Vargas, Biblioteca Municipal de La Paz.